Una exclusiva de la NBC ha
revelado la existencia de un documento elaborado por los
servicios de inteligencia según el que la crisis sanitaria en Wuhan comenzó en el mes de noviembre, un mes antes de
la fecha que reconoce el gobierno de Xi Jinping en sus
polémicas comunicaciones con la Organización Mundial de la Salud..
Desde que estalló la crisis del coronavirus hemos conocido todo
tipo de escándalos que
vinculan al régimen
comunista chino con todo tipo de malas prácticas, que van
desde la censura y persecución a quienes advirtieron del brote hasta el
ocultamiento de información vital sobre la pandemia. Hay varios informes que, a
raíz de la sobrecarga funeraria que sufre la provincia de Hubei, han permitido
estimar el número de vidas que se han perdido en el epicentro del brote de
COVID-19. Con datos de todo tipo, como la compra de ataúdes o la práctica de
incineraciones, se puede estimar que la cifra real de fallecidos en Hubei no sería
de 2.500, sino de hasta
47.000.
¿Y
qué ocurrió verdaderamente en el resto del país? Una aproximación a las
dimensiones que podría haber alcanzado la crisis sanitaria es la que recoge un informe que
acaba de publicar el American
Enterprise Institute (AEI), uno de los think tanks más influyentes
de Estados Unidos. El centro de análisis toma como referencia los datos de movilidad que
llegó a ofrecer uno de los medios oficiales del Partido Comunista chino a finales
de enero. Alrededor de 1,2 millones de personas habrían dejado Hubei antes del
"cerrojazo" de la región, entre los cuales habría miles de ciudadanos
que habrían podido actuar como transmisores y propagadores de la enfermedad en
las distintas provincias del país.
Si
a dicho grupo de población se le imputa una tasa de infección relativamente
conservadora (a saber, el 2,3% que se observa en el país que mejor ha
controlado el brote, Corea del Sur), encontramos que 27.000 infectados habrían
salido de la "zona cero" de la pandemia con
anterioridad al confinamiento. No olvidemos, además, que las restricciones y
las medidas de aislamiento fueron marcadamente menores fuera de Hubei.
Tomando
como referencia todo lo anterior, y observando la tasa de propagación del virus
en Italia (donde también se dio un escenario de movilidad similar), el AEI
apunta que el número de personas que habrían tenido coronavirus en el resto de
China rondaría los 3 millones de personas. Por comparación, el número total de
positivos admitido por el régimen ronda los 82.000. Por lo tanto, por cada contagiado reconocido
en las cifras oficiales habría casi 40 infectados que no aparecen reflejados en
las tablas del régimen comunista.
¿Y
qué hay de las cifras de mortalidad? Asumiendo la misma tasa de mortalidad
observada en Hubei (4,7%), esto significaría que se habrían producido al menos 136.000 muertes
por coronavirus, 133.000 más de las que admite el Partido Comunista.
Si tomamos como referencia la tasa de mortalidad asociada a los casos y
fallecidos que sí reconoce en sus datos oficiales el Partido Comunista (4%), la
cifra sería de 116.000 decesos por COVID-19.
¿Empezó la emergencia sanitaria en noviembre?
Una exclusiva de la NBC ha
revelado la existencia de un documento elaborado por los
servicios de inteligencia estadounidense en el que se habría detectado el
estallido de la crisis sanitaria en Wuhan en el mes de noviembre, un mes antes de
la fecha que ha terminado reconociendo el gobierno de Xi Jinping en sus
polémicas comunicaciones con la Organización Mundial de la Salud..
La
información disponible incluía conversaciones interceptadas, imágenes
satelitales y datos facilitados por colaboradores con los servicios de
espionaje estadounidenses. Desde dichas instancias se habría elaborado un
primer documento que habría sido circulado entre las autoridades sanitarias del
país norteamericano a modo de alerta temprana. No se trataría de un informe
oficial, sino de una especie de documento de trabajo que, en efecto, sirvió
como embrión para un briefing oficial
que fue elaborado durante el mes de enero.
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