[...] Es vital promover que las personas de edad avanzada, dentro de su confinamiento, lleven una vida activa, evitando el encamamiento o el permanecer prácticamente todo el día sentados. Estar en casa no implica permanecer en pijama. Es muy importante que sigan con sus rutinas diarias de aseo, vestido, tareas del hogar y aficiones y que se hagan un plan de ejercicios acorde con su situación. Es necesario beber abundante líquido y seguir una nutrición saludable y variada, incluyendo concretamente durante estos días alimentos ricos en proteínas como pueden ser carne, pescado, huevos y lácteos (excepto en enfermos renales graves o patologías especiales) que ayuden junto con el ejercicio a la formación de músculo.
La familia fundamentalmente, pero también los amigos y vecinos juegan aquí un papel fundamental, siendo el mayor colchón protector a nivel social que pueden tener. No debería haber ningún anciano aislado en su domicilio que no reciba todo el apoyo material, social, afectivo y espiritual, mediante el medio que sea posible, ya sean llamadas telefónicas diarias o visitas controladas e individualizadas cuando sea necesario, aprovechando para recordarles la importancia de la vida activa y sobre todo humanizando su situación no limitándonos solo a las medidas técnicas y estrictamente sanitarias que se dan por supuestas.